Siguiendo las proyecciones del modelo climático global, con base en las concentraciones de gases de efecto invernadero atmosféricos, los científicos pronosticaron un escenario bastante dramático.
Por Camilla Ludavisi
A pesar de las disposiciones de los acuerdos climáticos de París, es decir, limitar el aumento de la temperatura de la tierra a menos de 2 ° C para 2100, según el último informe de las Naciones Unidas, a este ritmo las temperaturas medias aumentarán en 2,7ºC.
Siguiendo las proyecciones del modelo climático global, con base en las concentraciones de gases de efecto invernadero atmosféricos, los científicos pronosticaron un escenario de baja mitigación que corresponde a la meta del Acuerdo de París hasta el año 2500.
También se modeló la distribución de la vegetación, el estrés térmico y las condiciones de crecimiento de nuestras principales plantas cultivadas actuales, para tener una idea del tipo de retos ambientales que tendrán que afrontar las generaciones futuras.
El modelo muestra cómo las temperaturas medias globales aumentarán más allá de 2100.
En este caso, la vegetación y las mejores zonas de cultivo se desplazarán hacia los polos y se reducirá la superficie apta para algunos cultivos.
El estrés por calor podría alcanzar niveles fatales para los humanos en las regiones tropicales y eventualmente volverse inhabitable.
El nivel del mar también seguirá aumentando debido a la expansión y a la mezcla de agua en los océanos que se calientan.
En algunas zonas fluviales el nivel del agua será más bajo, con una disminución de la vegetación.
En áreas muy calientes, un agricultor podrá verse obligado a usar trajes protectores especiales para resistir el calor, prefiriendo cultivos que puedan soportar altas temperaturas.
Para garantizar la supervivencia de la especie humana, los próximos quinientos años deberán convertirse en los del respeto al medio ambiente, para que el frágil equilibrio socioeconómico no se destruya por completo.
Al mismo tiempo, ciertos cambios obligarán al ser humano a encontrar una nueva forma de adaptarse a un clima que de repente podría volverse extremadamente hostil.