LOS EFECTOS POSITIVOS DE LAS TISANAS, INFUSIONES Y MANZANILLA

En las últimas décadas, los occidentales se han convertido en grandes consumidores de infusiones, gracias a la idea de que algunas de ellas pueden tener efectos casi milagrosos en el organismo. Pero, ¿qué hay de cierto en esa idea?

Por Valentina Cicconelli


Los occidentales se han convertido en los últimos años en consumidores habituales de tisanas, infusiones y manzanilla. Así lo revelan las encuestas más recientes dedicadas a ese tema. Pero, vamos a averiguar cuales son los beneficios que proporciona una buena infusión caliente.

Si el café por la mañana sigue siendo algo casi imprescindible para la población occidental, poco a poco el «ritual del té» también se está popularizando. Hay mucha gente a la que le gusta disfrutar de una tisana en el bar por la tarde, sobre todo en invierno. Y esto no se debe sólo al placer de tomarse un momento para uno mismo, sino también porque la gente busca en las hierbas y raíces efectos beneficiosos para el organismo.

Las infusiones y decocciones son la forma más fácil de consumir plantas medicinales. Obviamente, cada planta tiene características y efectos diferentes. En particular, son muy eficaces las tisanas que actúan sobre el sistema nervioso, las digestivas y las que afectan a nuestro sistema respiratorio.

Cuando estamos especialmente tensos o nerviosos, hay dos plantas que pueden ayudarnos y aliviarnos al instante: lavanda y tilo. Las flores de estas plantas tienen la capacidad de aliviarnos del estrés y relajarnos.

Si, por el contrario, nos sentimos especialmente hinchados después de una comida, podemos recurrir al té de manzanilla: puede facilitar la digestión y aliviar los calambres.

También la melisa y el hinojo se recomiendan para combatir este tipo de problemas.

Y luego está el laurel. Se utiliza para aliviar la digestión, aliviar los calambres y los cólicos, pero también es útil en caso de tos y resfriados.

El tomillo, el regaliz y la malva son también plantas con un importante efecto balsámico.

Todas estas plantas se consiguen fácilmente en herboristerías y su preparación casera es sencilla.

Cuando se utilizan partes delicadas de la planta, como flores u hojas, es recomendable prepararlas en infusión, es decir, vertiendo agua caliente directamente sobre las hojas y filtrándola después.

En cambio, en el caso de las raíces o la corteza, se necesita una acción más fuerte para que liberen todos sus beneficios, por lo que se recomienda la decocción: remojar todo en agua fría y esperar a que el agua rompa a hervir, apagar y filtrar.

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